viernes, 21 de octubre de 2016

I HAVE NO HERO

Querido Anónimo:

1 de octubre de 1994
Mi madre, emocionada, corre a decirle a mi padre que por fin está embarazada. 
Me pregunto si deseó que su hijo llegase a ser una persona de gran éxito, o si simplemente esperó que creciese rodeado de amor y felicidad.

5 de abril de 1999
La puerta se abre de un portazo, despertándome. Escucho los gritos de mi padre en el salón, y la voz menuda y entrecortada de mi madre. Discuten sobre algo que no entiendo. Últimamente siempre lo hacen.
Esa noche tengo pesadillas.

20 de agosto de 2002
El otro día encontré una botella de algo que mamá no me deja beber tirada en la cocina. No sé muy bien porque, pero cuando papá bebe de ese líquido siempre actúa extraño y se enfada más de lo normal. Cuando eso pasa, mamá me dice que suba a mi cuarto y que no salga hasta que ella me avise.
Incluso aunque estoy arriba, con la puerta cerrada, metido en mi cama bajo una montaña de mantas, y con mi oso de peluche favorito a mi lado, puedo escuchar los llantos de mamá, y puedo sentir el miedo arrastrándose por el suelo, trepando por las paredes y colándose en mi habitación. Puede sentirlo abriéndose paso dentro, muy dentro de mí, y entonces, mi cuerpo empieza a agitarse de esta forma extraña, como cuando tengo frío, solo que de una manera mucho más desesperada y desagradable.
Así que he estado pensando mucho en esto, y he llegado a la conclusión de que si papá deja de beber todo volverá a la normalidad. Pero como parece no poder hacerlo él solo voy a tirar todas las botellas para ayudarle, de la misma forma que él me ayudaba a atarme las zapatillas, a hacer los trabajos del colegio, o cualquier cosa que le pidiese, porque en realidad papá es el mejor papá del mundo.
Estoy deseando que él y mamá vuelvan a llevarse bien.

19 de diciembre de 2002
Estoy empezando a sentirme bastante deprimido.
Todos mis amigos de la escuela no paran de preguntarme que me pasa, pero realmente no sé cómo explicárselo. Cuando intento hablar, mi boca se seca, y siento como las lágrimas corren hacia mis ojos intentando salir, así que he decidido que seguiré escribiendo como hasta ahora y no se lo diré a nadie. De esta forma es más fácil.
Estos meses las cosas han ido a peor. Empecé a esconder el alcohol de papá, y en vez de ponerse mejor, lo que hizo fue empeorar. Ya no solo se enfadaba cuando bebía, sino que lo hacía siempre. Creía que era mamá la que lo escondía, por lo que empezó a llamarle cosas, que aunque no entiendo, sé que no son buenas, ya que cuando las dice mamá siempre pone esa cara, como la que puso cuando me contó que la abuelita se había ido a un lugar llamado cielo. Una cara muy triste, muy triste. Ella me preguntó que si era yo el que estaba detrás de todo, y le dije que sí. Le dije que aunque aún hay muchas cosas que no logro comprender, que no estaba sola, que hablaría con papá y le contaría que soy yo el que no quiere que beba, y que haré cualquier cosa para que pueda volver a ser como antes. Ella se echó a llorar y me suplicó que no le dijese nada, y que por favor no escondiese más su alcohol. Me hizo prometérselo. 
Así que papá ha vuelto a beber.
Puede no parecer la gran cosa, pero siento como si hubiese perdido algo de vital importancia. Me he dado cuenta de que no hay nada que yo pueda hacer, por lo que ahora mi padre vuelve a ir por ahí con una botella de whisky bajo el brazo, mientras que yo he ganado un enorme hueco en mi pecho.

4 de octubre de 2005
Hoy en clase hablamos sobre nuestro héroe. La maestra dijo que los héroes de verdad no son como los de los dibujos animados, sino personas corrientes que hacen grandes cosas todos los días. Un niño habló sobre su abuelo, que luchó en el ejército. Otro sobre su vecino, que es bombero. Mi amigo Juán habló sobre su tía, que trabaja cuidando a gente en un hospital. Cuando llegó mi turno, me quedé congelado. Empecé a pensar en mi padre, y un sudor frío empezó a recorrer mi cuerpo. Primero pensé como solía empujarme tan alto como le pedía en los columpios, luego sobre aquella vez que por poco me ahogo y él se tiró al agua de cabeza para sacarme. Recordé la expresión en su rostro mientras me preguntaba si estaba bien. Recordé como cuando algo se estropeaba en casa él siempre lo arreglaba, la facilidad que tenía para hacer que lo torcido volviese a ser recto. Ahora ni siquiera es capaz de arreglarse a sí mismo.
Así que tomé una profunda respiración y dije firmemente: -Yo no tengo ningún héroe.-

30 de abril de 2009
Está empezando a hacer calor. A pesar de eso, mamá lleva un jersey hasta el cuello y pantalones largos, no dejando ver ni un centímetro de piel. Se está haciendo bastante obvio así que los vecinos han empezado a hablar. Me pregunto qué pensará mamá de todo esto.  A veces me gustaría meterme en su cabeza, incluso más que en la de papá, para poder comprender en que narices está pensando.
A estas alturas, ya no sé a quién de los dos odio más.

10 de agosto de 2011
He empezado a trabajar de cajero en un supermercado porque papá sigue gastándoselo todo en alcohol, y mamá ha dejado el empleo a medio tiempo que tenía.
También ha dejado de ir a misa.

25 de diciembre de 2013
Mamá masculló hace poco algo sobre divorcio, así que papá le dio otra paliza.
Pienso que papá estaría mejor muerto. Tal vez yo lo mate.

Creo que este año tampoco habrá navidad.
GROSSES BISES



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